
El futuro Ministro de Economía y Finanzas Gabriel Oddone realizó extensas declaraciones a un programa radial donde expuso con mucha claridad y lucidez la agenda del gobierno en materia económica.
¿Flacuras del pensamiento progresista o flaquezas morales de la comodidad? Si uno recorre el espinel del pensamiento crítico, cuestionador, digamos en el universo de habla hispana, seguimos viendo la crítica radical al “imperialismo estadounidense”, al papel nefasto de la OTAN y su jefe indiscutido, EE.UU. Y más en general, cómo EE.UU. sigue ejerciendo su nefasta dictadura mediática, financiera e incluso militar.
29/03/2025 Luis E. Sabini FernándezUna sociedad, como la de EE.UU. fue configurándose como sociedad nueva, distinguiéndose de las formaciones sociales precedentes que de algún modo la prohijaron. En primer lugar, del imperio británico del cual los EE.UU. fueron inicialmente colonia.
El surgimiento fue tan radical y explosivo, con tal cantidad de suelos y riquezas a su servicio que la pequeña hilera de colonias inglesas sobre el Atlántico generó una sociedad de dinamismo y desarrollo sin precedentes.
Y sus rasgos, por lo menos proclamados: anticolonial y emancipadora.
Los protagonistas de tamaña gesta: un incontestado dominio noreuropeo. Inglés y escocés en primer lugar, pero también holandés (los fundadores de Nueva York, 1624, por ejemplo), flamenco, alemán, nórdico.
Francia colonizó la Louisiana (y otras vastas regiones de América del Norte, como Quebec). Louisiana, un enorme territorio del centro actual de EE.UU., finalmente vendido por Francia a los colonizadores principales (que ya habían fundado EE.UU.)
Y ya muy posteriormente, siglo xix, nuevos aportes europeos llegaron a ese nuevo imán; inmigración irlandesa, italiana. Y judía.
Entretanto, EE.UU. había empezado a expandirse también territorialmente.
No sólo el robo directo y despiadado de los territorios de las nativonorteamercianos sino también, la rapiña a mediados del s xix de medio México. Y poco después el gran ”negocio” de comprar un millón de km2 de hielo, nieve, morsas, oro y minerales −Alaska− a costa de la miopía geopolítica zarista, por un puñado de dólares.
A todo lo largo del siglo xix, un gran negocio, otro gran negocio, corrió a la par de los asentamientos coloniales; el robo de tierras, el expansionismo, la industrialización artesanal y el desarrollo granjero: la esclavitud. Y el tráfico consiguiente. La economía esclavista fue decisiva en el asentamiento y “engrandecimiento”· de la nueva nación.
LO WASP Y EL ROBO DE LAS TIERRAS
La importancia de la estirpe fue constitutiva en el despliegue y asentamientos de la nueva sociedad. El jus sanguinis fue el estandarte racial del nuevo estado. Afros, esclavizados y oriundos, eliminados o arrinconados no formaban parte de la nueva nación.
La elite que se fue configurando recibió en un momento el calificativo de WASP: White, Anglo, Saxon, Protestant. Por el cuarto atributo fue que “se colaron” en la consolidación de EE.UU., holandeses, alemanes, daneses. Noreuropeos.
“Tras la muerte de Toro Sentado, en Aberdeen, el 29 diciembre 1890, el diario Saturday Pîoneer escribió: ‘Los blancos por la ley de la conquista, por la justicia de la civilización, son los
amos del continente americano […] y la mejor seguridad para los colonizadores será garantizada mediante la aniquilación total de los pocos indios remanentes’.”
El editor de este diario era L. Frank Baum, autor de The Wonderful Wizard of Oz” (El mago de Oz).
Veamos otro testimonio; lo que les dijera Tecumseh, casi un siglo antes; un guerrero nativoamericano de la etnia shawnee, respetadísimo por su conocimiento y su capacidad para enfrentar la invasión europea; un “discurso” a miembros de la nación osage (invierno 1811-1812): “[…] la sangre de muchos de nuestros padres y hermanos ha corrido como agua por el terreno para satisfacer la avaricia de los hombres blancos. Nosotros mismos estamos amenazados con un enorme daño, nada los va a pacificar a ellos hasta vernos a todos nosotros, los hombres rojos, destruidos. Los blancos son como las serpientes venenosas: cuando están enfriadas son débiles e inofensivas pero el calor las vigoriza y entonces atacan mortalmente a sus benefactores.” La referencia a “benefactores” es estrictamente veraz, “los indios” jamás atacaron a los recién llegados y, por el contrario, los ayudaron a sobrevivir en el nuevo hábitat.
A Tecumseh le consta que hay una asimetría y cuál es su motor psìquico: “[…] los blancos desprecian y mienten a los indios, abusan e insultan porque no creen que los hombres rojos seamos suficientemente buenos para vivir.”
Tecumseh advierte que los piadosísimos cristianos que han arribado al continente no quieren confraternizar, ni compartir el mundo, la realidad, lo que tenemos a mano: quieren todo para sí. Es decir: no quieren que existan los originarios. Y están dispuestos a borrarlos de la existencia.
Un siglo después las certeras impresiones de Tecumseh y otros “sabios de la tribu” tendrán amarga verificación: cuando el territorio osage (el que les había quedado, luego de los grandes despojos) se reveló rico en petróleo, principiando el siglo xx, muchas indias osage fueron cortejadas por estadounidenses WASP que no sólo llevaron adelante “casamientos de conveniencia”, sino que además “aceitaron” el plan de despojo envenenándolas. Tecumseh supo ver hasta lo que aún no había pasado.
El genocidio, siempre presente: materia prima en la configuración de EE.UU.
Desde un primer momento, la dirección de la flamante colonia británica no sólo se empeñó en adueñarse del territorio de las etnias allí aposentadas sino que inició el tráfico de esclavos africanos para asignarles las tareas más pesadas que los pioneros se querían ahorrar.
Apenas un ejemplo; lo que le escribe Benjamin Banneker, 19 ago 1791, en carta a Thomas Jefferson (seguramente considerado el dirigente estadounidense más “humano”; a George Washington, por ejemplo, se lo vinculaba con la trata de esclavos):
“[…] supongo que es una verdad que usted conoce tanto que no necesito probársela, que somos una raza de seres que ha tenido que trabajar duramente bajo el abuso, que hemos tenido que soportar durante mucho tiempo el desprecio y que hemos sido considerados más brutos que humanos y a gatas capaces de dotes mentales.”
Banner le dirige esta carta a un prohombre de los flamantes EE.UU. que tiene como amante a una mujer esclava negra (en rigor, dos, según documentos de la época).
Cartas como ésta fueron escritas muchas por seres desgajados de su tierra y esclavizados; enviadas no solo a personalidades de la época, como Jefferson, sino a diversas autoridades políticas, estaduales o condales. En vano.
Cuando el movimiento abolicionista cobra fuerza, mediando el siglo xix, un movimiento compuesto por blancos contrarios a la esclavitud y negros, a menudo exesclavos, fueron extendiendo su apoyo a esclavos fugitivos mediante redes clandestinas bautizadas “el Tren Subterráneo”.
El gobierno federal entonces procuró enfrentar las deserciones defendiendo los intereses de los “amos” y volver los esclavos al redil, lo cual se convirtió habitualmente en una suerte de contrato de servidumbre, en el cual los negros en rebeldía capturados ya no eran esclavos del antiguo amo, pero sí sus siervos.
“Aunque la decimocuarta y la decimoquinta enmienda constitucional prometió la igualdad de derechos y el derecho al voto, estos derechos desaparecieron cuando los políticos norteños hicieron un acuerdo con los dueños de las plantaciones del sur. Los representantes que ya habían sido electos fueron forzados a abandonar los recintos legislativos. Hubo violencia callejera y miles de afrodescendientes debieron “escurrirse” hacia zonas “del Sur profundo”.
El expansionismo WASP no llegó a tiempo al Pacífico para enfrentar al colonialismo hispano. Porque en las primeras décadas del s xix los Estados Unidos Mexicanos se habían emancipado de España. Pero cuando los WASP en su marcha triunfal al oeste, sienten que el Pacífico está al alcance, encaran la invasión de México en plan directo de rapiña, como ya lo hicieran varias veces antes, con los siux, los osage, los cheyennes, apaches, pies negros, cheroquis, dakotas, navajos…
Es el momento de la “fiebre del oro”. Pero no es la única fiebre. Liberales y racionales, algunos dirigentes diseñan un plan: México tiene 8 millones de habitantes y 4 millones de km2.
La mitad norte, con oro, tiene 1 millón de habitantes. La mitad sur, también tiene oro, pero 7 millones de mexicanos. Ese caudal de sangre ahogará nuestra pureza. Quedémonos nomás con la mitad norte. Ésos serán con el tiempo llamados “chicanos”.
Deglutiendo enormes territorios, una máquina militar de ocupación de tierras, un territorio de conquista, se fue consolidando una nueva y moderna nación. La más moderna…
Con colonos, muy piadosos casi todos ellos, que de acuerdo con sus convicciones bíblicas, lograban milagrosamente preservar no ya sólo su buena conciencia sino su excelente moral de máxima exigencia. ¿Qué más les puede dar la deidad que los cobija?
Claro que si observamos el tratamiento dado a las naciones aborígenes, verificamos que nuestros bíblicos lectores no eran muy confiables ante la palabra empeñada. Porque los colonizadores europeos fueron descartando cada tratado de límites que habían acordado oleadas anteriores de colonizadores, reduciendo cada vez los espacios indios hasta finalmente arrebatarles toda la tierra (y la vida), confinarlos a espacios cuasisimbólicos (las Indian Reservations) o expulsándolos del territorio definido como EE.UU. (hay ejemplos históricos, de etnias huyendo a Canadá o a México).
De todo ese magma de tierras fértiles, perseguidos religiosos y consiguiente aspiración a perfecciones bíblicas, se configura una sociedad nueva que aspira a ser total. Y única. Todavía en 1776 y en todo el siglo xix, quedaba prístino que era un nuevo estado (aunque constituido por varios nuevos estados).
Por eso Roxanne Dunbar-Ortiz (Monthly Review, 2017) llegará a mostrar su rechazo a tanta falsedad histórica: “¡Basta de decir que EE.UU. es una nación de inmigrantes!”
La cuestión racial siempre ha resultado decisiva dentro de EE.UU. Los elencos de gobierno siempre han tenido estrecha relación con la racialidad imperante. Por eso, durante cerca de dos siglos, se puede hablar de una élite WASP.
El orgullo racial y racista se encarna, por ejemplo con mucha intensidad en un poeta clave del American Way of Life, como Walt Whitman.
Todavía en pleno siglo XX, se expone, “científicamente”, a un pigmeo africano para que los “humanos” en EE.UU. confirmen su superioridad y para acentuar la exclusividad de los mirones, el prisionero está enjaulado.
1945
Antes del fin de la 2GM, EE.UU. adquiere objetivamente la condición de primera nación en poder del planeta. Y por un instante su vanguardia, su élite, imagina que puede alcanzarse un planeta unido, regido por la ley que EE.UU. ha alcanzado (ese instante es inesperadamente fugaz, porque en la misma década, con la llegada de la bomba H soviética, 1949, se desmorona todo unicato).
Pero en 1945 ya no gobernaba EE.UU. la élite que lo había forjado. Allí hay ya gato encerrado. La realidad es diferente a lo proclamado.
Hay indicios de esa nueva realidad no aparente pero sí subyacente; por ejemplo, cuando en 1942 el congreso sionista mundial de ese año, en Nueva York, conocido como el de Biltmore (por el hotel que albergara a sus participantes) decide, por sí y ante sí, abandonar la protección del Reino Unido, postulando un acercamiento a EE.UU. –el sionismo cambia de líder probritánico a líder pronorteamericano−, con lo cual en rigor el sionismo, apostando ahora a los “5 millones de judíos” que habitan EE.UU., tejerá los contactos e influencias necesarias para que EE.UU. se convierta en su protector (aun cuando el sionismo era a la sazón notoriamente débil dentro de la población judía estadounidense).
Algo peculiar en el enroque: no suelen ser los protegidos los que deciden. En general, uno tiende a suponer que deciden los protectores. El diseño “biltmoriano” deja entrever otro juego de fuerzas, menos expreso, más subyacente. Entramos de lleno al universo de los lobbies.
El sionismo podía entonces ser insignificante, pero los judíos tenían ya mucho peso en la no tan novel nación. Y en sitios y enclaves que se revelarán decisivos.
Y el señorío que en plena guerra mundial mantiene el sionismo se refleja en su lenguaje desenfadado: en las instancias de Biltmore se analizan “las circunstancias políticas, jurídicas y administrativas bajo las cuales entraremos y colonizaremos.”
No hubo robo. Es casi como un descenso divino.
Lo que hay que desechar no son prácticamente humanos (en todo caso si lo son, son de otra categoría; por eso, los nativoamericanos no tienen historia… y los palestinos tampoco).
El Consejo de Delegados israelitas en EE.UU. se organizó en 1861. Todavía no teníamos una organización sionista, pero los cabildeos ya eran decisivos, como que esta novel organización logra frustrar el intento −cuando el estallido de la Guerra Civil norteamericana−, de que se califique a la Unión, embrión de EE.UU., de ”cristiana”.
El desenlace de la llamada 1GM es decisivo. Más allá de las sesgadas y falsas historias oficiales con que nos han “llenado la cabeza” durante décadas, cada vez queda más claro que ‘la historia la escriben los que ganan y eso quiere decir que ni siquiera es historia’: la Primera Guerra Mundial, también llamada “la Guerra Europea” fue un ardid británico ante el avance germano en el concierto de las naciones europeas, cuando todavía Europa se consideraba y era considerada centro político mundial.
La Alemania del Káiser, que no quería la guerra porque precisamente sin ella se estaba afianzando (investigación, industria química, bélica, náutica), como lo revela, por ejemplo, su cantidad de premios nóbeles de la época, es juzgada por las naciones vencedoras, colonialistas, imperialistas, como la culpable de la 1GM y se le hace pagar “los platos rotos”. Todos los platos rotos. Tanta indecencia, tanta inversión de la verdad, tanto ultraje, desató una tormenta psíquica entre los alemanes que preparó sus ánimos para el nazismo, inicialmente un movimiento justiciero.
El conflicto “inicial” en 1933 es entre la Declaración de Guerra del judaísmo internacional o mundial al nazismo y la política nazi de juden aus! (¡judíos afuera!).
El aporte judío a EE.UU. y particularmente a su vida intelectual es fuerte.
Los principales diarios de “la gran nación del norte” están dirigidos por judíos. El NYT, por la familia Ochs-Sulzberger, por ejemplo. Y en la década del ’30 queda claro que seis de las siete grandes compañías cinematográficas tienen dueños y directores de origen judío. Y Hollywood era ya ojos y oídos de la población. Característica que ha ido incrementándose con los desarrollos tecnoculturales de la modernidad y de la posmodernidad.
Pensemos en el triunfo mediático de la imagen sobre la palabra (pero recordemos que es la palabra la que nos revela nuestra condición humana, y pensante).
De la influencia judía al dominio sionista
Aunque el sionismo no era dominante hasta entonces, con el establecimiento del Estado de Israel, en muy poco tiempo, pasa a ser clave dentro de la comunidad judía norteamericana.
Otro momento, tan decisivo para el ascenso de una élite norteamericana judía, como el congreso mundial sionista de Biltmore que ya hemos señalado, fue el Tribunal de Nurenberg de 1945. En la misma ciudad en que el nazismo había hecho el suyo en 1935, para definir pureza de sangre. Al fin de la 2GM, los autodesignados Cuatro Vencedores, los que ocupan militar (y sexualmente) Alemania −EE.UU., URSS, Reino Unido y Francia− establecen un tribunal para juzgar a los derrotados alemanes. Es un golpe propagandístico, porque se acusará a soldados alemanes de haberse empeñado en ganar la guerra, como si militarmente pudiese haber habido otra secuencia sensata. Eso ya habla del sesgo político del tribunal. Que será un golpe propagandístico en defensa de lo judío porque toda la estructura administrativa del tribunal será cedida, por parte de EE.UU. a la organización y la estructura llevada adelante por judíos (son cuatro los vencedores, pero EE.UU. era el primus inter pares, su voto era decisivo).
Y eso que todavía ni asomaba el relato del Holocausto (con mayúscula) inaugurado luego de una producción hollywoodense (década de los ’70) y la instauración del IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto), que es de 1998.
El dominio judeosionista es progresivo, escalonado, en los órganos de dirección de EE.UU. Se puede ver, por ejemplo, cómo EE.UU. responde con una guerra multinacional a la ocupación iraquí de Kuwait, despedazando al ejército iraquí, pero dejando en pie a Hussein, enemigo jurado de Israel. La influencia israelí, empero, es decisiva. Israel no acepta sólo la derrota de Hussein. Con info falsa, logra que EE.UU. actúe una vez más contra Irak y su líder, derribándolo y dándole muerte (2003).
Siglo XXI
Y así entramos al siglo que vivimos. Un Israel plantado como potencia mundial, con una red de control no expreso que puede ser la mayor del mundo entero.
Pensemos, por ejemplo, en “los 5 Ojos”, 1948; una red de control de “toda” la información planetaria (entonces telefonía, telegrafía, teletipos, correspondencia, ediciones, todo ello pasando por grandes instalaciones en todo el mundo, a cargo de oficinas de supervisión, detección, lectura y escucha ensambladas de EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelandia: las cinco naciones anglo. En las últimas décadas del siglo xx con el desarrollo técnico de la computación, los 5 Ojos ampliaron en progresión geométrica el cúmulo de información que supervisan. El volumen mundial es tal que no hay forma de control expreso y toda detección de sospecha se basa en que mensajes presenten palabras claves; únicamente ante ellas se avanza en el espionaje).
Algunos estados que se han considerado beneficiados por el resultado de la 2GM y las disputas geopolíticas mundiales, caso Francia, se han quejado de perder grandes negocios de índole internacional, porque los 5 Ojos mediante, empresas anglo se los han arrebatado. Alemania, que desde 1945 pasó a formar parte del “mundo libre”, también ha reclamado por enterarse tarde.
Porque adueñarse de la info circulante no es sólo un tema de control ideológico, sino que también puede ser comercial.
Si hay hoy un sexto ojo, es Israel, al que se le ha concedido tan envidiable ingreso.
La situación de la comunidad judía en EE.UU. y la relación de EE.UU. con Israel
Dejemos a un lado la relevancia del MOSSAD, la CIA y el M6, que parece enorme. Ciñámonos apenas a la promulgación de leyes, convenios y disposiciones, a la acción legislativa del Congreso de EE.UU.
De los 435 diputados electos, más de 300 reciben suculentos aportes del American Israel Public Affairs Committee (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel), AIPAC. El AIPAC de hecho hace funcionar la labor legislativa de EE.UU., con sus viajes, con sus cuerpos de asesores. ¿Cuántos de tales representantes estarían dispuestos a prescindir de esos dinerillos? La historia parece encontrar escasísimos ejemplos.
Porque no se trata solo de recibir auxilio monetario. Se trata también de no ser catalogado como antisemita por entender que matar población civil desarmada, infantil, es asesinato y que hacerlo colectiva, sistemática y reiteradamente constituye genocidio.
Entre ser genocida entre muchos, casi anónimamente, y ser estampillado antisemita e individualizado… ya sabemos qué elige la enorme mayoría de representantes de EE.UU.
Cuando Beniamin Netanyahu llevó al Congreso de EE.UU. un dibujo infantil de bomba con la mecha encendida, del tipo de la que vimos en la inolvidable Cops de Buster Keaton, y con semejante ilustración hizo su discurso, a lo largo de casi 30 minutos recibió más de 30 aplausos cerrados. A razón de un apoyo estentóreo cada 50 o 55 segundos. Pero Netanyahu no había viajado con claque. La tuvo, allí, en el Congreso, “espontáneamente”.
Remito al paciente lector a mi nota anterior “Aplicando el sagrado principio de desigualdad ante la ley”, donde revelo la mentira soez de tanto democratismo declamado desde las usinas “democráticas”: cuando Lindsey Graham, senador norteamericano, impugnó airadamente las “órdenes” de arresto de la Corte Internacional de Justicia del 21 de noviembre [2024] contra los dirigentes israelíes, Beniamin Netanyahu y Yoav Gallant, afirmó: “El Estatuto de Roma no se aplica a Israel, ni a EE.UU., ni a Francia, ni a Alemania, ni a Gran Bretaña, porque no fue concebido para actuar sobre nosotros.” ¡Ah! Somos todos iguales ante la ley, pero algunos son más iguales. ¡Honor a George Orwell!
Vale la pena otro buen ejemplo, que nos brinda David W. Pear. Cómo Cecil Rhodes “constructor de imperios”, William Stead, periodista y Reginald Baliol Brett, consejero real británico, arman una sociedad secreta, “La Sociedad de los Elegidos”, cuyo mero nombre ya los califica. Que dedicarán buena parte de sus conciliábulos a menoscabar y destruir Alemania, entrevista (bien entrevista) como la nación que podía desbancarlos del poder mundializado que gozaban…
Así que uno no tiene más remedio que creer en brujas. Transcribo un tramo del abordaje de Pear:
“La Sociedad de los Elegidos se organizó en círculos dentro de círculos. En el círculo interno estaban Cecil Rhodes, Alfred Milner, WT Stead, el vizconde Esher, el marqués Salsbury, Lord Rosebery y Nathaniel Rothschild. El rey Eduardo VII fue un miembro central, y después de su muerte en 1910, le sucedió en su lugar el rey Jorge V. La Historia Oculta. Los orígenes secretos de la Primera Guerra Mundial dice:
“Stead estaba allí para influir en la opinión pública, y Esher actuó como la voz del Rey. Salisbury y Rosebery proporcionaron las redes políticas, mientras que Rothschild representó el poder monetario internacional. Milner fue el maestro manipulador, el intelectual asertivo y de voluntad férrea que ofreció ese factor esencial: un liderazgo fuerte".
La Sociedad de los Elegidos tenía un círculo exterior, al que llamaron "Asociación de Auxiliares". Los Auxiliares eran élites afines. Eran realeza, imperialistas, financieros, codiciosos especuladores, guerreros y políticos egoístas y corruptos. Los Auxiliares fueron manipulados voluntariamente, a menudo sin saberlo, por el círculo interno.
Algunos reclutas de los Auxiliares fueron Jan Christian Smuts, Arthur Balfour, Edward Gray, Richard Haldane, HH Asquith, Lord Roberts, David Lloyd George, Sir Edward Carson, Frederick Sleigh Roberts, Alfred Harmsworth y Winston Churchill.
Durante la Primera Guerra Mundial, Churchill fue uno de los imperialistas y belicistas más despiadados.”
Tenemos algunos conocidos del círculo auxiliar: Smuts fue el designado por la flamante ONU, es decir por EE.UU., como el redactor del estatuto. Smuts es definido por Mark Mazower −intelectual de origen judío pero totalmente enfrentado al experimento sionista− como alguien que: “recurría a una retórica humanista y democrática al mismo tiempo que pensaba que la ONU podía ser el mecanismo perfecto para adaptar el dominio mundial blanco”; Balfour, el autor del “enroque” para legitimar el ingreso sionista a Palestina ya milenariamente poblada; Churchill, el conservador furibundo empeñado en preservar el dominio racial blanco pero anglo, exclusivo o casi exclusivamente (en todo caso, jamás compartido con germanos).
Philip Giraldi un investigador estadounidense, con formación en el área de la seguridad de su país, tiene un título concluyente: “El lobby israelí domina y pervierte las elecciones norteamericanas”
Analizando el grado de corrupción en que se encuentra sumido su país, continúa: ”El Estados Unidos de hoy, que se proclama a la vez una democracia y el emisor y ejecutor de las normas internacionales, es posiblemente uno de los países más corruptos y menospreciados del planeta.” Da como ejemplo: “Si se miden las consecuencias derivadas de toda la corrupción, no hay mejor ejemplo que la desequilibrada relación con Israel, producto de la inyección de cientos de miles de millones de dólares provenientes principalmente de multimillonarios judíos y fuentes corporativas. El magnate de casinos Sheldon Adelson regaló a Donald Trump 100 millones de dólares y, a cambio, recibió lo que exigía: la decisión de EE.UU. de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.” (Ibíd.)
Me queda la impresión que desde hace unas décadas EE.UU. es un gigante, un gigante monstruoso, pero no sin cabeza, sino con cabeza ajena. Y que tal vez eso explique la cantidad de golpes fallidos que como superpotencia ha tenido.
Porque un poder monstruoso, engendrado desde sí mismo, puede tener enormes yerros –la historia nos lo muestra−, pero un poder monstruoso heterónomo va a cometer inevitablemente muchos más errores. Y horrores.
Que se multiplican por doquier, dentro y fuera de EE.UU. Las zonas habitadas por desechos humanos que se han multiplicado; los subterráneos en San Francisco, de km de largo sin luz, habitados por sobrevivientes, las tasas de suicidio, la expansión de la droga, la reiteración de justicieros o enloquecidos dedicados a matar por mano propia, los atentados en la vía pública, en los centros de enseñanza, la cantidad de desperdicios de una sociedad que presupone la abundancia; una quimera más…
Aunque la sociedad estadounidense, como cualquier otra, es –al menos todavía− mucho más que esa suma de atributos problemáticos. En nuestro pequeño Uruguay, con sus 3 millones de seres humamos, para hablar solo de cualidades individuales, hay gente noble, egoísta, solidaria, inflexible, cobarde, auténtica, dogmática, idealista, idiota, inteligente, supremacista, estúpida, generosa, roñosa, seguidista, imaginativa, brutal, perseverante, oportunista, abnegada, racista, crédula, sensata, irracional, afectiva, efectiva, mordaz, imbécil, ingeniosa, mentirosa, creativa, tenaz, solidaria, y tantas, tantas otras variantes del espíritu humano; imaginen lo que puede existir entre los 300 millones de estadounidenses.□
El futuro Ministro de Economía y Finanzas Gabriel Oddone realizó extensas declaraciones a un programa radial donde expuso con mucha claridad y lucidez la agenda del gobierno en materia económica.
Sociólogo y filósofo polaco-británico, es una figura central en el pensamiento contemporáneo. Nacido el 19 de noviembre de 1925 en Poznan, Polonia, vivió una vida marcada por la guerra, la migración y la reflexión profunda sobre la sociedad moderna. En el centenario de su nacimiento, es oportuno reflexionar sobre su legado y su impacto en la Sociología, la filosofía , la política y el mundo académico.
“A usted no lo entiendo” nos dijeron en un mensaje como respuesta al artículo “Balotaje 2024” de diciembre del año pasado. “En el artículo habla del Uruguay de más Adentro y al pie de la primera figura escribe ‘Resto del País’” dice en el mensaje. Y continúa: “Mensaje contradictorio para alguien que palpa la realidad del Interior y utiliza un término bastante despectivo” escribieron. Dijimos que tenían razón. Pero aclaramos: no lo escribimos nosotros. Alguien escribió eso sin consultarnos y lo publicó sin autorización de nuestra parte. ‘Cosas que pasan’ dijera Larralde. Pero bueno, sigamos adelante que hay mucho para hacer. (1)
Durante el acto central por el Día Internacional de las Mujeres, en la Torre Ejecutiva, el presidente de la República, profesor Yamandú Orsi, destacó el compromiso del equipo de gobierno para mejorar la situación de las mujeres en el Uruguay.
En los últimos años, la Intendencia de Montevideo (IMM) ha llevado adelante un exitoso proceso de sustitución de los carros con caballos por motocarros para la recolección de residuos y otras tareas urbanas. Este cambio ha representado un avance significativo en la solución de una de las principales problemáticas urbanas relacionadas con la gestión de residuos y el bienestar animal. Sin embargo, a pesar de la mejora en el servicio, persisten dificultades en la cobertura y eficiencia de la recolección de desechos en determinados puntos de la ciudad.
The Day of the Jackal (Bennett y Kirk, 2024) es una serie inspirada en la novela de suspenso de Frederick Forsyth. Pero por varios motivos es muy diferente de aquella versión cinematográfica de Fred Zinnemann de 1973, prohibida por Augusto Pinochet y considerada en el Chile de la dictadura un manual para cometer magnicidios. La derecha racista que en 2025 en las redes acusa de “woke” a esta remake por la “inclusión forzada” de una mujer afro en papel protagónico, da aún más ganas de prestarle atención.
El presente proyecto tiene como finalidad mejorar la seguridad vial en Uruguay mediante la aplicación efectiva de medidas correctivas, preventivas y educativas. Se establecen acciones a corto, mediano y largo plazo con el objetivo de reducir la siniestralidad, fortalecer la fiscalización y garantizar la educación vial en el sistema educativo, en cumplimiento de la Ley N° 18.191.
Téngase presente que el directorio de la caja es integrado por 7 miembros , 5 profesionales electos por sus pares (las elecciones no son obligatorias) y 2 representantes designados por el Poder ejecutivo . Paradójicamente la mayoría de las resoluciones del Directorio han sido construido por parte de los profesionales y los designados por los diferentes poderes ejecutivos .
¿Flacuras del pensamiento progresista o flaquezas morales de la comodidad? Si uno recorre el espinel del pensamiento crítico, cuestionador, digamos en el universo de habla hispana, seguimos viendo la crítica radical al “imperialismo estadounidense”, al papel nefasto de la OTAN y su jefe indiscutido, EE.UU. Y más en general, cómo EE.UU. sigue ejerciendo su nefasta dictadura mediática, financiera e incluso militar.
El segundo domingo de mayo serán las elecciones Departamentales, donde se elegirán el Intendente y los 31 ediles que componen el cuerpo legislativo de cada departamento y los alcaldes y sus respectivos concejales. Podemos decir que solo faltan unos 45 días.