La nueva normalidad y la cuarta Revolución Industrial

Columnas 21 de junio de 2020 Por Germán Mato
Germán Mato nos propone repensar el mundo que se viene. Los avances constantes de la tecnología, la implementación de la robótica y la inteligencia artificial ¿Cómo puede impactar esto en nuestros trabajos?
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La nueva normalidad y la cuarta Revolución Industrial Por Germán Mato

Las sociedades de todo el mundo están cambiando generación tras generación la forma de implementar las Relaciones Laborales. En el año 1996 internet comenzaba a convertirse en un medio de comunicación masivo. Hoy, a tan solo unos años de esta revolución, en el mundo se comienza a visualizar otro paradigma con la implementación de la robótica y de la inteligencia artificial. 

En el 2008 comienzan a existir de forma masiva aplicaciones en los celulares capaces de sustituir diversas profesiones. Por ejemplo, las aplicaciones de google que hoy en día utilizamos en nuestros celulares, en América Latina y el mundo ha afectado en distintas áreas vinculadas al mundo del trabajo. 

Estamos comenzando a vivir una época histórica, atravesando un pleno proceso de cambios de paradigmas, no como un impacto de la tecnología, sino como un proceso que es gradual y traerá otra forma de relacionarnos socialmente, de relacionarnos en el trabajo, de consumir, y hasta actualmente podría comenzar a existir un cambio en el sistema político y económico.

Nos estamos adentrando en la Cuarta Revolución Industrial que está generando un proceso, un cambio gradual en diferentes áreas. Algunas comienzan a visualizarse como cambios positivos y otras con aspectos que podrían considerarse en cierto modo negativos, pero que a la larga, como siempre sucedió en la historia de la humanidad, lo que se necesitará es adaptarse a estos cambios.

Parecería, entonces, evidente que algunas profesiones que generalmente no requieren explícitamente del trabajo intelectual, sino que se destacan por el esfuerzo físico -según la definición de Hanna Arendt-, poco a poco comienzan a desaparecer y son sustituidas por la inteligencia artificial, es allí que surge uno de nuestros primeros cuestionamientos ¿Qué sucederá con estos trabajadores?

Los trabajos rutinarios fueron esenciales en el siglo XIX, XX en siglos anteriores y también en parte del siglo XXI, actualmente y con el cambio de paradigmas podríamos comenzar a visualizar que estos trabajos tienden a desaparecer y los trabajadores que se vinculan a estas áreas de trabajo físico y en algunos otros casos de trabajos rutinarios deberán reinventarse y adaptarse a las demandas del nuevo mundo que de manera acelerada, pero gradual está llegando, con el enfoque del COVID-19 como fundamental y que nos adelantan a los tiempos venideros.

En el año 2020 estamos entrando en una fase avanzada de la pandemia del COVID-19 en donde se han visto grandes dificultades, como por ejemplo, trabajadores informales que no acceden a una prestación en la seguridad social, personas en situación de calle que no logran conseguir empleos y trabajadores que pierden sus empleos, entrando así en seguro de paro que genera un gasto de la seguridad social prácticamente insostenible.

Según las fuentes del Deutsche Bank Research, un estudio realizado en Estados Unidos, los grandes perdedores de la crisis que ha generado el COVID-19 han sido los trabajadores de media calificación y en especial los trabajadores de baja calificación. En ese sentido, esta pérdida de empleos afecta principalmente a trabajadores hombres que ejercen trabajos físicos.

Sin embargo, otro estudio nos hace ver el caso de los trabajos perdidos en Gran Bretaña, esta investigación demuestra que quienes han perdido los puestos de trabajos en el país Europeo son principalmente mujeres en todas las franjas de edad, pero en especial mujeres jóvenes que se dedican al sector turismo.

Aunque esta es una hipótesis valida, vinculada a la pandemia, no la podemos considerar una constante en el tiempo sobre todo con respecto al futuro del trabajo, sabiendo que en un futuro cercano, cuando la pandemia haya finalizado, el mundo probablemente será aún más globalizado. El sector de turismo que actualmente es un sector en pleno desarrollo, estará aún más desarrollado en los tiempos venideros. Por lo tanto según varios estudios, en la Cuarta Revolución Industrial quienes serán más afectados serán los hombres de baja y media calificación.

Podemos ver los aspectos negativos que atrajo el COVID-19 que son los ya mencionados, como también podemos ver los aspectos positivos. Actualmente estamos hablando de la Renta Básica Universal, la certificación por competencias, la educación a distancia, el teletrabajo que está comenzando a reglamentarse y la inclusión financiera que para algunos termina siendo una posibilidad. En definitiva, nos estamos adentrando en un mundo digitalizado, y donde existen nuevas posibilidades, pero a la vez la brecha social se hace más extensa.

Por ejemplo, poblaciones que viven en situación de precariedad. ¿Qué acceso al teletrabajo tienen? ¿Qué acceso a la educación por distancia? ¿Qué calidad de vida tienen? Es nula en comparación a los sectores medio y altos de la sociedad.

Por eso, en lo que refiere a la nueva normalidad, lo que será esencial es que el estado sea interventor en la economía, sea protector, y este siempre del lado del más débil. Porque si una cosa hemos aprendido de esta crisis es que no se puede esperar nada de la mano invisible del estado ni del neoliberalismo. Necesitamos un estado fuerte, que ayude a los más desposeídos, brindando herramientas y fortaleciéndolos.

Toda crisis trae oportunidades.

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