Año 2021, cuatro de la tarde en plena avenida, dos chicos adolescentes abordan a una mujer y tras agredirla se apropian de su cartera y huyen.

Domingo al medio día. Una señora de ochenta y un años es seguida por una moto,  para sustraerle una carterita que llevaba cruzada en su cuerpo.

Una mujer baja de su moto en la puerta de su vivienda y es asaltada con arma en mano. Ella vive en un complejo de viviendas…quedó apenas con las llaves en su mano.

El sonado caso - entre tantos - del padre que fue a comprar jamón y fue asaltado, herido de gravedad con un destornillador…

Cuántos casos más entre cada relato presentado en esta reflexión…

Cuántas vidas quitadas por el solo hecho de no tener un Estado responsable, preparado, preocupado por los cambios en la sociedad.

Entre cada hecho hay horas y horas de desinformación en los medios masivos, en donde cada víctima es solo un número, estadística, incluso responsables de ser víctimas de delitos, por la hora en que ocurrieron, por el barrio, por hacer alarde de lo material…

Si, somos culpables de que los delitos aumenten.

Las declaraciones de quienes están al frente del cuidado y el orden de la sociedad, de los auxiliares de la Justicia, como se caracteriza al Ministerio del Interior,  solo se ocupan de hacer política interna, de reuniones con sus pares, de las tareas inherentes a sus cargos (?)…

Mientras tantos, somos lejanos espectadores de esas manipulaciones internas que no devienen en una práctica responsable de sus obligaciones.

Estamos expuestos ya sea en las  calles, también en nuestros hogares, y ya no sabemos como cuidarnos ni que hacer para protegernos.